Saturday, May 14, 2016

Santos le revira a Uribe (por fin)

En el Foro Ideológico Liberal, Santos se fue con toda contra Uribe. Ya era hora. Santos ha encontrado en Uribe un opositor menos que leal, pero, eso sí, muy elocuente e incisivo, que le ha hecho mucho daño al gobierno. A punta de repetir mentiras, al gobierno Santos lo están haciendo ver como el más inepto de la historia. A Santos lo culpan de todos los males, reales e inventados, y es hora de poner todo en sus justas proporciones. Es hora de que el presidente empiece a defender su obra, él mismo, vocalmente, y no por medio de costosísimas campañas de publicidad y comunicaciones, que solo dicen el mensaje de manera indirecta. Para no hablar de un sinfín de temas, para los cuales no tengo espacio, solo voy a concentrarme en dos: el proceso de paz y la mermelada.

La ultraderecha no perdona que el gobierno de Santos haya abierto un proceso de paz con la guerrilla de izquierda. Recientemente, el presidente Uribe ha pedido “resistencia civil” contra el proceso de paz. Yo soy de los que creen que ese gesto de Uribe es un error histórico de monumentales proporciones. Nada es más valioso que la paz. Y pactar la paz es más valioso para el país que matar a todos los guerrilleros. ¿Por qué? Porque, al pactar la paz, el país tendrá que reflexionar sobre la estrechez de su democracia, y ampliarla, para que todos quepamos. Al pactar la paz, estamos haciendo un país más viable para el futuro.

La derecha dice que una paz con impunidad es inadmisible. Es cierto que se está haciendo la paz con asesinos, secuestradores, narcotraficantes, destructores de instituciones e infraestructura. Pero hay valor en que, haciendo la paz, ellos renuncien a seguir haciendo todo eso. Lo que, para los que no somos de derecha, no es fácil de entender es por qué estaba bien hacer la paz con los paramilitares, pero está mal hacerla con la guerrilla. Claro, no es cierto que se firmen los acuerdos de paz y todo vaya a quedar bien como por milagro, pero será un paso importante en la dirección del desarrollo nacional.

La derecha dice que, con el proceso de paz, se le está entregando el país a la guerrilla. Pamplinas. El retrato de Santos como socio de Castro y Chávez solo cabe en mentes enfermas, delirantes de fiebre, y por lo mismo no muy dignas de tener en cuenta.

Uribe se equivoca de cabo a rabo en su oposición a la paz, y se coloca en contravía de la historia. En el empeño porque Colombia logre la paz hay que ponerse de lado de los esfuerzos del presidente Santos. Claro, con ojo vigilante. No todo se le puede conceder a la guerrilla. Pero tampoco hay que olvidar que siempre es preferible un mal arreglo a un buen pleito. La política del odio que pregona Uribe debe ser desterrada de la escena nacional, por el bien del país. Uribe, que tanto bien le hizo al país entre 2002 y 2006, hoy es poco menos que un enemigo nacional.

Al de Santos también se le critica por ser uno de los gobiernos más corruptos de la historia. Yo no creo que esta acusación sea precisa. Yo no creo que el gobierno Santos sea corrupto. Pero sí es fuerza admitir que este gobierno ha basado su gobernabilidad, no en el liderazgo del presidente, sino en refinar el arte de distribuir la mermelada. Esta ha sido la práctica común en Colombia, no solo de este gobierno, sino de todos. Pero muchos colombianos han notado que hoy la gobernabilidad solo proviene de la mermelada, y están hastiados de eso.

Con una actitud más vocal, el presidente podrá defender más eficazmente su obra. Yo estoy seguro de que la historia lo juzgará benignamente, cosa que no veo tan clara con Uribe, a pesar de todos sus logros, en especial los de su primer mandato. Pero la verdad es que, a la par con el proceso de paz, que pretende curar el cáncer que está por fuera de las instituciones, es necesario que el país también reflexione sobre la necesidad de depurar las fuentes de la gobernabilidad nacional, que es el cáncer que está por dentro de las instituciones. El país no resiste más la compra de gobernabilidad con el presupuesto nacional. Por eso van a estar tan interesantes las próximas elecciones presidenciales.

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