La situación en el Cauca es muy grave. En principio, la crisis se desató por la solicitud de los indígenas de que el conflicto no sea sobre sus cabezas. Es difícil no sentir cierta simpatía con esa solicitud. Si Pedro y Pablo vienen a pelear a mi casa, es normal que yo les diga: "¡váyanse a pelear a otra parte!".
Sin embargo, la situación no es tan fácil. El punto es que las "partes" del conflicto no son equiparables. No es posible que los indígenas pidan que los que están peleando se vayan, porque una de las partes es el Estado colombiano, y no se puede pedir que el Estado colombiano se retire de una parte de Colombia.
Aún más, expulsar a las Fuerzas Militares de las zonas indígenas puede ser interpretado como un ataque contra las primeras, ataque al que sería completamente legítimo responder con fuerza. Hasta el momento las Fuerzas Militares han respondido de manera admirable, resistiendo la tentación de usar la fuerza frente a lo que puede ser visto como un acto de provocación, pero tiene que llegar el momento en que los indígenas entiendan que sus acciones son ilegales, y que, de persistir, deben ser confrontadas por el Estado.
Retirar al Estado del Cauca indígena sería un error, además, porque, si se retira el Estado, campea la guerrilla. Creer que es posible estar libres del Ejército y la guerrilla es una ingenuidad de los indígenas. Es difícil decir hasta qué punto el movimiento indígena está permeado por la guerrilla, pero lo que sí está claro es que un retiro del Ejército la favorece. Por lo tanto, el movimiento indígena, ya sea por ingenuidad o por malicia, y probablemente por una combinación de las dos, está jugando a favor de la guerrilla.
La lógica indígena (que, yo sospecho, se extiende a otros grupos poblacionales) de que el Estado colombiano es una abstracción que no les compete a ellos es inaceptable. La excepcionalidad indígena no puede llegar hasta el punto de creer que las normas del Estado no les aplican a ellos. No podemos repetir en grande la imagen de Francisco Rojas Birry tratando de escabullirse de la justicia con el argumento de que a él le aplica un fuero indígena. Que viva el Estado pluriétnico y multicultural; no un Estado por cada etnia y cultura. En Colombia habrá paz cuando todos aceptemos la majestad del Estado. Para que todos la acepten, quizás será necesario hacer nuestra democracia más inclusiva. A mí me parece que nuestra democracia ya es suficientemente inclusiva, y nuestros indígenas son particularmente bien tratados por nuestras instituciones, pero, si ciertos grupos poblacionales se sienten agraviados por ellas, habrá que oír sus quejas y corregir las instituciones donde sea necesario.
El tema del Cauca se complica porque allá se concentran todos los problemas de Colombia: grupos armados, narcotráfico, pobreza, tensiones étnicas, etc. El problema es muy difícil, pero, si podemos resolverlo allá, podemos resolverlo en todas partes. El Gobierno tiene que ir allá a dialogar. La línea de base del diálogo tiene que ser que el Estado no se retira. El Estado se queda. Pero el Estado no pueden ser solo Fuerzas Militares. La forma de resolver este conflicto es "ganar" a los indígenas para las instituciones. La oferta para los indígenas tiene que ser: "el Estado se va a quedar acá. Para que ustedes acepten la presencia del Estado, ¿qué quieren a cambio?". Y ahí arranca la negociación.
Algunos dirán que los indígenas ya han recibido mucho. La controversia entre indígenas y blancos en el Cauca data de la Conquista. Los indígenas se sienten agraviados por injusticias de 500 años, y los blancos se sienten cada vez más acorralados y amenazados. El expresidente Uribe tuiteó que los indígenas son el 20 por ciento de la población en el Cauca pero que tienen el 60 por ciento de la tierra, y que son los protagonistas de las invasiones. Los blancos juzgan que los indígenas para qué quieren la tierra si no saben explotarla. Dentro de los blancos caucanos hay algunas de las mentalidades más retardatarias de Colombia.
El lío social del Cauca es supremamente grave. La derecha tiene razón en que la fuerza pública no puede ser retirada. La izquierda tiene razón en que se requiere más presencia del Estado, de todo el Estado, y no solo de las Fuerzas Militares. Yo sí quiero ver al Ministerio del Interior y a todas las agencias sociales del Estado metidos de cabeza resolviendo el lío caucano. Si este lío puede ser resuelto a satisfacción de todas las partes, el lío de Colombia tiene solución.
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