La Revista del Buen Gobierno muy amablemente nos pidió a trece colombianos una colaboración, de máximo una página, en torno a “visiones sobre el futuro del desarrollo económico y social colombiano”. Este fue el texto que envié.
Cite un fragmento de la literatura que recoge ese concepto que considera absolutamente central para encauzar el desarrollo colombiano.
“Nada contraría tanto a nuestros amigos economistas como recordarles que la teoría económica es una disciplina profundamente reaccionaria. [...] Sin embargo, no está definitivamente condenada la lúgubre ciencia, como la llamó Thomas Carlyle. [...] Para que funcione hoy una teoría económica, ha de constituirse alrededor de lo común, lo global, y la cooperación social. En otras palabras, debe convertirse en una ciencia biopolítica. Como dice Amartya Sen, la ingeniería económica debe volver la vista hacia la ética” (Hardt y Negri (2005), Multitud).
Comente brevemente el párrafo. ¿Cuál podría ser la mejor forma de implementarlo?
(1) Creo en la dignidad y el valor fundamental de cada ser humano: abomino de la desigualdad humana en términos económicos o de poder, pero la valoro en términos de opciones de vida. (2) Creo que no se puede ignorar la responsabilidad individual de los seres humanos. Como dijo John D. Rockefeller, Jr., “yo creo […] que el mundo no le debe a ningún hombre los medios para ganarse la vida pero que le debe a cada hombre una oportunidad para ganarse la vida”. (3) Creo que la violencia no tiene cabida ni en el proceso político ni en la sociedad en su conjunto. (4) Creo que el crecimiento económico es necesario para el desarrollo. Es mentira eso de que primero hay que repartir para luego sí crecer. Lo primero es generar riqueza: creo en la importancia de la libertad de empresa y de un ambiente adecuado para los negocios. (5) Creo que no cualquier crecimiento es deseable: el crecimiento económico debe ser social, política y ambientalmente sostenible. (6) Creo que es un error entorpecer el funcionamiento y la disciplina de los mercados y el sistema de precios, pero también creo que los mercados, por sí solos, no son capaces de producir justicia social. Creo que la falta de justicia social es la principal amenaza para un crecimiento sostenible. (7) Creo en la necesidad del Estado para proteger a los más débiles, y no para promover los intereses de los más fuertes. (8) Creo que la principal función de la democracia es (a) proveer un espacio donde todos los individuos tengan el mismo poder, y (b) contener las inequidades que producen los mercados. (9) Creo que la ley debe ser igual para todo el mundo, y no sólo para “los de ruana”. (10) Creo en un Estado respetuoso de las libertades individuales. (11) Creo que los técnicos no pueden sustituir al proceso político. (12) Creo que la política está mal cuando para hacerse elegir se requiere más plata o influencias que ideas, y que el Estado está mal cuando no representa el interés general. (13) Creo en una socialdemocracia heterodoxa, es decir, creo en la búsqueda del socialismo a través de métodos democráticos, pero creo en el funcionamiento de los mercados, es decir, creo en un socialismo de mercado. (14) Creo que los requerimientos mínimos de un socialismo moderno son (a) imponer una tributación progresiva, que pese más sobre el individuo que sobre la empresa (porque la desigualdad social es entre individuos y porque hay que fomentar la empresa) y más sobre el capital que sobre el trabajo (porque el acceso desigual al capital es la principal fuente de desigualdad), y (b) garantizar el derecho al trabajo. Esto, me parece, es la principal responsabilidad de la seguridad social (no la salud, o las pensiones, o la vivienda, porque todas esas cosas las debe poder pagar quien tiene empleo): creo que una sociedad justa es una donde toda la gente puede derivar ingresos de su trabajo. (15) Creo que, hacia el futuro, se debe estudiar si es viable una socialdemocracia más progresista, en la cual toda la gente pueda derivar ingresos únicamente de su trabajo.
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment